
Orgullosamente muestran su blancor,
Toscas coberturas de la piel obrera,
Sobre el blanco enjalbegado, cegador:
Telas rudimentarias, tapias someras.
Pobres gallardetes del humano ardor,
Lienzos pacientes que enjugan humores,
Lavados por manos de mujer/amor
Callosas de tanto aliviar dolores.
Retazos raídos de las lujurias
Simples y nocturnas; elementales/
Asuetos. Flores entre la penuria.
Su dueño ignorado araña jornales
Con mano sumisa: sin odio ni furia
Viste los colgajos íntimos y albares.
2 comentarios:
Veo, querido amigo, que sí se defiene usted con los sonetos, y no malamente. Recién descubrí su blog, y me encantó. Prometo volver, a no tardar, con más tiempo y calma.
Un saludo.
Recuerdo que una vez, te lo prometo,
por suerte te encontré en otro lugar;
de donde hemos tenido que migrar,
pues, ese otro lugar, quedó obsoleto.
Por suerte en este mundo tan inquieto,
marchamos por caminos al azar
y ahora nos volvemos a encontrar,
en RAYUELA a enfrentar otro reto.
Buen soneto el tuyo, Miguel.
No tenía conocimiento de tu blog.
Un abrazo, amigo.
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