viernes, 19 de noviembre de 2010

DÍAS SIN TÍ




En este internado aciago,

en este paréntesis negro

donde la luz nos es negada

-la ciudad y sus horizontes verticales-

nos enjaulan cristales

que no son cielos

árboles

que no son vida

hierros y piedras

que son remedos de lirios.


En este internado aciago

necesito la luz de tus ojos ciegos,

de tus manos amputadas por la ira

de tus labios, arcoiris monocromo.


Necesito de tí y tus vértices como espejos.

Te necesito, mujer,

en este internado aciago

donde yazgo entre dos sueños.



jueves, 18 de noviembre de 2010

UN POEMA DE FERNANDO PESSOA


El valor de las cosas no está en el tiempo que duran, sino en la intensidad con la que acontecen.

Por eso existen momentos inolvidables, cosas inexplicables y personas incomparables.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Tendrá la noche...


Tiene la noche celajes de bruma inhóspita, como un osario de hielos diminutos que buscan refugio en el calor de nuestros cuerpos. Cuajan los hielos, calladamente, inexorablemente, en las ramas delgaditas de los árboles, que ya han perdido las hojas. Verdor ya muerto, dorados transitorios que son ahora tapiz y, como traídos por ángeles de cementerio, estos cristales de hielo que mañana serán el tracerío de una bóveda efímera y suntuosa. El magnífico domo que la naturaleza se erige para su propia veneración.

Tendrá la tarde...


Hoy ha tenido la tarde olor a castañas asadas y el calor del papel de estraza que entibia nuestras manos ateridas. Castañas asadas, cálido pórtico de la noche, cuando algunos ya regresan a ese otro calor más íntimo del hogar y otros demoramos el calor del rústico envoltorio, para que con él, el frío de nuestro cubil sea promisorio de nuevos calores, de algún cuerpo al que, como a la rural castaña, despojemos con manos delicadas de su atuendo y disfrutemos golosamente de su carne.

lunes, 25 de octubre de 2010

INTERVALOS DEL SILENCIO


El amor es un producto del silencio,
de un silencio espeso y duro que desborda
los límites de las almas.

El silencio, como magma y como tensión del amor
se contiene a duras penas
entre las cuatro paredes del alma.

Tal vez sea sólo una mirada,
o el roce casual de una mano que susurra,
el arbitrario motivo del estruendo.

Como olas desbravadas, como aludes de fría nieve,
salen del alma vértigos y emociones
hacia el cráter anhelante de otra alma.

Se ha roto el silencio.
Esa austera y callada emoción
donde el hombre se recoge.

Y el alma, pasada la turbulencia,
busca de nuevo el silencio.
De nuevo se recomponen
los límites y las cláusulas.

Otra vez el alma calla
y da por pasado el amor.



domingo, 17 de octubre de 2010

MAR, SIEMPRE EL MAR


Como túnica aureolada


con los más puros reflejos


espejo


que dominan gaviotas


con las alas circunflejas


aceros


que siegan nubes en vuelo


huyen ángeles en celo


agoreros


portadores de tormentas


negros barcos te socavan


remeros


de bronco hierro forjados


que cantan al fiero sol


rompiendo


las aguas y sus diamantes


los nácares y sus brillos


muriendo


el idilio con tus limítrofes rocas


arenas cuerpos desnudos el mar


Mar siempre el mar


a veces te nacen venus


como espumas


blandas olas


te cabalgan


te fructifican


en múltiples rayos


y sonoros cantos


que alojan


atardeceres


El mar


mi mar.



viernes, 15 de octubre de 2010

ET LUX IN TENEBRIS LUCET

En el principio fue la sombra
y de ella nació el ángel.


Ángel violento y oscuro: ángel

que luego habitó entre nosotros


como metáfora inconsciente del pecado.



Somos Ángeles de sombras,


viejos, salvajes minotauros,


refugiados en el último negror


de nuestro más íntimo laberinto,


ausentes de claridades,


esperando a la doncella votiva


o al Teseo redentor.



Somos como rosas de sombríos pétalos


o gélidos aceros deshojados.


Una luz, sin embargo, nos acecha,


una luz pequeña y grávida:


aquella del amor firme y callado


que un día disolverá la sombra.



Una luz nacida, como el ángel,


de las oscuras tinieblas, nos espera


en algún ignorado rincón


de nuestro tortuoso ámbito.


Y en dulce entrega nuestra bestia


comerá de la luz así ofrecida.

jueves, 14 de octubre de 2010

VIENTO NEGRO


Un viento negro, como trenza de obsidiana,
Nacido en las raíces más profundas de la nada,
Un viento negro me abate, me soterra,
Me esparce por las recónditas regiones de su abismo.

Ya soy de nuevo fundamento de la piedra,
Esencia de la lava, que arrasa y nutre lo muerto,
Cuando palabras de vida, palabras nuevas, de agua,
Dejan su latido eterno en los poros calcinados.

Morir para ser raíz: es el destino del hombre.
Me siento avanzar en lo oscuro, en leve temblor,
Me ramifico, me expando, soy piedra y soy fuego.
De mí nacerán las rosas y los trigos y los vinos.

De mis manos brotarán los pájaros de la mañana.
Ya no jaulas opresoras:
Sólo dedos extendidos hacia el cielo.

Otros hombres me surcarán las entrañas,
Otros hombres a los que un viento negro
Abatirá en sus besanas. Y serán nuevas raíces.