¿De que cuerpo mi cuerpo
fue desgarrado un día?
¿Desde que aliento mi alma
vino a ocuparlo, inerme?
¿Quién, cruel demiurgo,
dejó la razón en mi equipaje,
y el oscuro sentimiento
de que existo a mi pesar?
¿Y la palabra, mis palabras
sus palabras?
El odio, la ambición y la lujuria
están bien como armas primordiales,
pero también se me han dado
el amor y la ternura y la emoción de la belleza.
Y, sobre todo, la duda,
esa informe oscuridad que me rodea,
trágico juego de espejos,
laberinto esencial donde transito.
Y así, criatura de un Creador
que me ha animado y que me anula
me siento a la orilla de mi vida
extendiendo una mano mendicante
de certezas.
Quizá un poco de amor
Fuera bastante.
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