
Arbitro y administro mis recuerdos.
Tus risas: collares de lucífugas falenas
Las noches boreales en que eras mía:
Vibrátil armonía de lavandas y luceros.
Tu mirada, huída con los últimos arpegios
Que volaron tras los otros,
Buscando los ruiseñores.
Tú y yo en la veranda. Al fondo el mar.
No me quedan más recuerdos.
Porque fuera de ti la vida sólo es tiniebla.
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