jueves, 14 de octubre de 2010

VIENTO NEGRO


Un viento negro, como trenza de obsidiana,
Nacido en las raíces más profundas de la nada,
Un viento negro me abate, me soterra,
Me esparce por las recónditas regiones de su abismo.

Ya soy de nuevo fundamento de la piedra,
Esencia de la lava, que arrasa y nutre lo muerto,
Cuando palabras de vida, palabras nuevas, de agua,
Dejan su latido eterno en los poros calcinados.

Morir para ser raíz: es el destino del hombre.
Me siento avanzar en lo oscuro, en leve temblor,
Me ramifico, me expando, soy piedra y soy fuego.
De mí nacerán las rosas y los trigos y los vinos.

De mis manos brotarán los pájaros de la mañana.
Ya no jaulas opresoras:
Sólo dedos extendidos hacia el cielo.

Otros hombres me surcarán las entrañas,
Otros hombres a los que un viento negro
Abatirá en sus besanas. Y serán nuevas raíces.



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